Nuestras vidas son los rios...

Continuando con el símil líquido de estelas sobre la mar, quiero esta vez traer unos pocos versos de JORGE MANRIQUE, en las Coplas por la muerte de su padre. Esta vez no es el mar, ni las estelas en azul; pero si es el río como un camino, identificándose no como un camino sobre el agua, sino como el propio camíno en sí mismo. Estos son:

Nuestras vidas son los ríos

que van a dar en la mar,

que es el morir;

allí van los señoríos

derechos a se acabar

y consumir;

allí los ríos caudales,

allí los otros medianos

y más chicos,

y llegados, son iguales

los que viven por sus manos

y los ricos.

El poema es muchísimo mas largo; por eso solo entresaco esos pocos versos... y los termino con estos otros que suponen un buen final, ya que aumenta la identificacion entre el camino y la vida:

Partimos cuando nacemos,

andamos mientras vivimos,

y llegamos

al tiempo que fenecemos;

así que cuando morimos

descansamos.

Y con ese símil del camino quiero también traer unos versos sueltos de algunos poemas que hice en cierta ocasión, dedicados a quien entonces me acompañaba con su collar y que, como todas las que lo han llegado a tener, me han hecho en la misma medida en que yo las hacía y sobre todo en la medida en que se entregaban. Estos primeros versos hablan del río como un camino, un cauce en que incluyo el simil sado:
...
Porque es la paz de saberte férreamente sujeta por mis brazos, orillas de tu fluir
Atada para correr por mi cauce, el que preparé sin saberlo para tí
Azotada por mis piedras y cascadas para amansarte para mí¡
Agua dolorida, fresca, fria, alegre, cantarína, libre y sometida al fin!
...

O estos otros versos que terminaban de una forma que, curiosamente siendo una recreación de Neruda, tienen relación con los que pongo de Manrique:

Te anudas y enroscas, a mis pies, como un dique
resistes sin deshacerte... También rompes en penas
como un río, torrente, agua eres, asi te dije
y siendo agua, el río fluye y rompes la presa...

Soy tu cauce y eres mi agua sin fin.
Sólo soy seca herida en la tierra si te vas
Juntos somos río en el fluir
Sóla eres gota perdida en el inmenso mar.

En mi cauce te sometí y te hice fluir
pero dice Neruda, que guió nuestro caminar
en versos sueltos: ..."es la hora de partir..."
Junto con estos otros versos de hiel y sal...

"Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy.
El río anuda al mar su lamento obstinado.

Abandonado como los muelles en el alba.
Es la hora de partir, oh abandonado!"

Y así como terminan estos versos: mezclando lo que era un camino-rio, hasta desembocar en el mar.. y confundiéndose ya con las estelas que se "escriben" en el mar, en azul; quiero terminar este pequeño compendio ya con los versos directos de NERUDA en su Canción Desesperada

El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa.
Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros.

Abandonado como los muelles en el alba.
Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos.

Ah más allá de todo. Ah más allá de todo.

Es la hora de partir. Oh abandonado!

Así sencillamente, dejamos el río y nos adentramos en el mar: que es el hilo conductor que he elegido para este blog. Olvidando la referencia triste, quedándonos sólo con esa necesidad de "partir" e iniciar realmente el camino que se espera: el que pretendo que recorra mi sumisa, a la que imagino siempre licuada de mar.

AMOSUM