jueves, 29 de abril de 2010

Dedicatoria en prosa: 28 de abril

PALABRAS A eska{AS}

Hace algo más de un año apareciste: yo ya era y tu empezabas a ser; pero ese SER no tenía sentido con mis estelas casi inexistentes, y la tuya, siguiéndome, apenas se veía bajo la cerrada niebla, plomizo cielo, opaco mar…

Entonces te asomaste y te vi… Hace justamente un año el milagro se hizo, mujer-sumisa-esclava. Fuiste y verdaderamente volví a ser; juntos fuimos, a partir de entonces SOMOS.

Muchas cosas han cambiado en este año. Hoy la estela es clara y rotunda: tu me sigues y yo SOY, y lo que mejor refleja lo que eres, eska, es que desde que te di el nombre, ya no usas otro sino el que tienes, atada y unida al Dueño de ti.

AMOSUM
Fotografías propias

domingo, 25 de abril de 2010

Vínculo o relación (III - La actitud)


Llegamos entonces al meollo de lo que estoy intentando acotar desde hace unos días en esta trilogía: excluyendo la rutina, que es un elemento disgregador de cualquier relación o vínculo; pero admitiendo su posible existencia, ya que es el único modo de afrontarla y superarla en su caso, mediante la decidida voluntad de seguir en el camino emprendido.

Admitiendo también que pueda existir la convivencia; pero sin que eso suponga que sea necesaria en absoluto para la existencia de un vínculo que prevalezca sobre una hipotética relación; sino que es preciso seguir buscando un “más allá” que nos lleve a algo completamente distinto de la mera relación y que de existir esta, ayude a trascenderla buscando el vínculo fuerte que deseamos.

Entonces, como ya he adelantado, la actitud de quien se entrega, es la verdadera clave de lo que estamos buscando, y no desconfiemos porque a veces las palabras parezcan decir algo sin decirlo, cuando se toma solo su forma, o porque otras veces diciendo lo que dicen parezcan decir otra cosa …: ahora justamente DICEN lo que queremos que digan, vayamos al fondo de lo que estamos diciendo: la actitud de sumisión de quien se entrega (o de esclavitud en su caso) es realmente la clave de si nos encontramos ante un vínculo AMO-sumisa o una relación hombre-mujer.

Hago aquí un inciso, para decir que no presupongo en absoluto que sea el género varón-masculino-Dominante como opuesto al hembra-femenina-sumisa, el que deba tenerse en cuenta. Simplemente, al hablar de mis propias reflexiones en base a mi concreta experiencia actual, para establecer un marco para esa misma reflexión, me baso en lo que conozco y vivo: la presencia de una sumisa (futura esclava) a mis pies y su devenir.

También vuelvo a decir, como en los otros dos aspectos comentados anteriormente, que la variedad de situaciones es enorme y no prejuzgo ninguna, ni me refiero a ninguna en especial, aunque esté hablando de relaciones, o de situaciones que parezcan una relación; sino que justamente estoy buscando definir el “cemento” que posibilita que lo que tenemos sea justamente ese vínculo de Dominación/sumisión y no otra cosa (relación, encuentro, coincidencia, sesiones repetidas, etc.) que usen los elementos de la Dominación/sumisión pero no sean ni permanentes ni busquen su continuidad y exclusividad.

En eso me centro justamente en lo que hace que ese vínculo sea lo fundamental entre tal Dominante y tal sumisa, aún en el caso de que coincida con otra situación, por convivir ambos, por existir otras relaciones sentimentales, por existir también otros vínculos de Dominación/sumisión con terceros, por lo que sea, sean estos más potentes como vínculos o como relación: ninguna de esas situaciones es excluyente para lo que buscamos y queremos decir. Y por supuesto que en esta exposición no excluimos las relaciones-vínculos plurales coincidentes; más aún, en el fondo estamos estableciendo un marco en el que precisamente el verdadero vínculo es absolutamente independiente de la consideración de pareja, no ya de relación; por mucho que no excluyamos la existencia también (pero no por exclusión de ninguna otra) de una relación entre ambos.

Así pues terminaríamos esta exposición dejando claro que lo que hace que exista un vinculo Amo-sumisa no es ninguna situación sentimental, ni de pareja, esporádica o definitiva, y que esas situaciones lo mismo pueden ayudar que distraer del objetivo o búsqueda En definitiva ni son complementarias, ni incompatibles, y por supuesto pueden existir diversas gradaciones en la entrega-compromiso-juego que incluso excluyan la entrega como tal y dejen el hipotético vínculo por debajo de la relación paritaria de la pareja, en la que el “rol”, se entienda aquí como un “papel” y sea algo aparte de la vivencia concreta elegida. Aun en el supuesto de que la elección de este modo de interacción sea lo que ha unido a esa pareja para iniciar una relación.

Por el contrario, toda la reflexión que hago se está basando precisamente en el hecho de que lo que se ha elegido desde el principio y se ha buscado, es esa entrega que hace que la sumisa se ponga incondicionalmente a los pies del Amo, y entonces lo accidental no es el rol, sino que ese es la esencia, y la forma que adopte la convivencia, cohabitación o incluso encierro (en la “mazmorra”) puede ser cualquiera siempre que la actitud de quien se entrega, así como la del que recibe esa entrega, estén meridianamente claras desde el principio y sea lo demás lo que es accidental.

Tampoco olvidemos que como personas somos iguales y que la elección de esa actitud se hace precisamente desde la libertad; con ello es obvio que no forzamos las cosas cuando externamente se da una imagen más convencional de relación, e incluso existiendo una sumisión, esa no es incompatible con la existencia de una vida basada en la igualdad de ambos en sus relaciones con los demás. No dejemos de tener en cuenta que esa imagen, e incluso convivencia, no son incompatibles si somos conscientes de que la elección sincera de esa actitud de sumisión, casa mal con cualquier consideración paritaria con el Amo, y actuamos de acuerdo con ello.



En definitiva toda esa reflexión me lleva a un único punto: ¿Quién Domina? Y por supuesto ¿Quién se entrega?... Y ser consecuentes con ello. Si no estamos jugando, sino eligiendo un estilo de vida, tendremos que ser consecuentes y tener la ACTITUD de sumisión en un caso y de Dominación en el otro, acorde con lo que buscamos.

En cambio si solamente buscamos utilizar el BDSM por lo que nos aporta, cualquier situación vale y cualquier técnica o escenificación pueden servir a nuestro propósito. Aquí no hablamos de ello, aunque por supuesto que esa otra actitud también es válida.

Aquí solo he querido hablar de que quien verdaderamente se entrega y verdaderamente se somete al Amo, con su actitud deja claro que existe un vínculo que prevalece sobre la hipotética relación de existir esa. Porque en definitiva, las relaciones son sobre todo paritarias, pero el vínculo se basa en la desigualdad: uno Domina, el otro, sencillamente, se somete: es así y así lo hemos elegido, desde la libertad.



AMOSUM


Fotografías propias

viernes, 16 de abril de 2010

Vínculo o relación ( II - La convivencia )


Continuamos con la reflexión, una vez expuesto el tema de la rutina… que no es tan extemporáneo como pudiera parecer, si pensamos que la rutina, entendida en el apartado anterior como una posible consecuencia de la convivencia, puede aparecer en cualquier momento, también en las relaciones esporádicas y puntuales, donde se supone que no debería aparecer.

Porque eso es lo que estoy haciendo antes y ahora, ir separando los elementos que pueden interferir en lo que buscamos, para centrarme en la esencia de mi búsqueda, justamente la existencia de un vinculo Amo-esclava (Amo-sumisa, tanto da) que prevalezca sobre una hipotética relación, en el caso de que coexistan, o que sea sencillamente el único nexo entre ambos.

Y es que, como ya he dicho la rutina se entiende más, o parece entenderse mejor, en un entorno de relación con convivencia; pero que en realidad puede existir como saturación, como hastío, como repetición… en cualquier circunstancia. Porque precisamente la propia convivencia puede ser un aparente desvío del vínculo buscado; ya que, como ocurría con la rutina, puede ser una excusa para no avanzar en la búsqueda empeñada, que no es sino la sumisión y/o esclavitud de quien se entrega. Esa sumisión, y por ende la Dominación del Dueño, es posible también en un entorno de convivencia.

Así pues, desviémonos nuevamente para hablar ahora de la convivencia, que no es sino la situación concreta de quienes siendo Amo y sumisa (o Dueño y esclava), comparten un espacio vital concreto coincidente en el tiempo y espacio, manteniendo su rol.

A partir de ese sencillo enunciado, la casuística es amplísima: desde una convivencia como pareja, donde interviene el juego gozoso del rol, desde una libertad y paridad compartidas, y donde el vínculo como tal no predomina sobre la relación. Hasta una esclavitud, donde no existe una convivencia en el verdadero sentido de la palabra, ya que lo que existe es un autentico “24/7” extendido a todo el tiempo y con toda la tensión: ella no es nunca más que una esclava y lo que conocemos como Transferencia de Poder (TPE en sus siglas en ingles: Total Power Exchange) es absoluta hacia el Amo.

Si se discute sobre el caso más acorde con la filosofía vital del BDSM, hay que decir que aquí no estamos calificando actitudes, ni enfoques vitales, ya que todos valen en tanto que la libertad de ambos como personas es absoluta, con independencia del posible consenso sobre la forma que adoptará la sumisión y la decisión (del Amo o consensuada) sobre los momentos más o menos extensos en que se adoptará tal actitud, coexistiendo o no con otros en que la apariencia externa es más o menos “normal” o “vainilla”.

Todo eso sin olvidar que en realidad existen relaciones mucho más complejas, como por ejemplo relaciones sentimentales de pareja que también mantienen un vínculo de sumisión o esclavitud, y coinciden en el tiempo con otros vínculos de sumisión aparte de la pareja. Vínculos que incluso pueden desarrollarse en el mismo lugar, vínculos coincidentes pero todos externos y a distancia. Vínculos aparte de la relación sentimental con quien es esposo o amante pero no Amo ni sumiso. Parejas dominantes que conviven y buscan conjuntamente o por separado sumisos fuera de la relación. Parejas sumisas que tienen el mismo o distintos Amos fuera de la relación … La complejidad y casuística son amplísimas y no vamos a hablar aquí de ellas.

Y tampoco podemos olvidar que existen vínculos que se busca mantener y/o convertir en predominantes: crearían relaciones estables con continuidad en la entrega y búsqueda más intensa de los límites; que podrían coexistir con otros vínculos menos profundos, esporádicos o no, a distancia o en el mismo lugar… También en ese caso la diversidad es muy grande, y tampoco hablaremos de ellos.
...

Tal como decíamos antes, referido a la rutina, la convivencia o proximidad pueden ayudar a desarrollar aspectos de la Dominación/sumisión con más facilidad, debido a lo que entonces denominábamos “la disponibilidad de tiempo y la accesibilidad del espacio”. Pero también como decíamos en el otro supuesto, el preparar los encuentros a distancia, permite mantener una tensión entre el Dominante y sumisa, que no se rompe durante la sesión, ya que precisamente la vuelta a la rutina habitual en sus respectivos entornos vitales permitiría esa desconexión.

Entonces habría que buscar el punto de equilibrio en que la convivencia, de existir, se decanta en uno u otro extremo; porque parece obvio que hay elementos que ayudan y otros que separan; pero también es obvio que la separación entre Amo y sumisa supone que (por más que el sentimiento de pertenencia se mantenga), se desconecta cuando ambos se despiden. Y también es obvio que la complejidad de la vida diaria, en el caso de la convivencia, hacen necesario mantener “de cara a la galería” una apariencia que no se corresponde con lo buscado-deseado.

Así, como antes decía, tampoco la convivencia me parece que aleje del camino buscado, y personalmente pienso que proporciona precisamente una continuidad en la entrega y transformación y adiestramiento de la esclava, que la distancia no permitiría desarrollar. La clave estaría, entonces, en la actitud de quien se entrega y la disposición del Amo para aceptarla y desarrollarla; es decir, el decidido propósito, cada uno en su rol, de avanzar en el camino iniciado y usar la convivencia como entorno más favorable.


AMOSUM

Fotografías propias

lunes, 12 de abril de 2010

Relación o vínculo (I - La rutina)

Va pasando el tiempo y no termino de escribir las cosas que tengo pensadas; pero tengo que encontrar ese tiempo, porque el escribir no solo es un medio de transmisión de mis reflexiones para los demás, sino también una forma de exponerlas e irlas aclarando para que también para mi vayan teniendo sentido y construyendo una estructura mental con las ideas y razones cada vez más claras en base precisamente a su exposición por escrito.

Eso es lo que me da el blog: la posibilidad de ir exponiendo mi punto de vista, y, a la vez que lo comparto, me ayuda también a profundizar en matices que solo capto al exponerlos.

Precisamente tenía un tema pendiente, del que prometí escribir, sobre todo cuando hablé de la diferencia entre sentir y sentirse: dejé para más adelante profundizar sobre las relaciones personales y su imbricación en este estilo de vida: cuando en una relación sentimental o afectiva, se establece un vínculo AMO-sumisa, y viceversa, o cuando simplemente coexiste un vínculo de sumisión en un entorno vital compartido. Y la reflexión sobre qué es lo que predomina y como reconocer en esas condiciones si es una relación paritaria o un vínculo de sumisión en el más estricto sentido de la palabra.

Es muy fácil separar las sesiones del resto de la vida vainilla, cuando las mismas se hacen a distancia; pero es más complicado cuando se comparte el espacio vital, y sin embargo es precisamente cuando no son sesiones esporádicas ni a distancia cuando se vive “en”, en vez de “usar el”. Y este es el meollo de esta reflexión, justamente.



Desviándonos un poco del tema, la tan temida rutina, no es sino compartir los aspectos cotidianos y menos mágicos de una vida normal a tiempo completo. Porque justamente cuando se prepara una sesión a distancia o de puertas afuera se aparcan las cosas normales y solo se hacen las que se han ideado o preparado, y la preparación tiene un plus a sumar al resto de las expectativas.

Sin embargo, cuando se convive, se corre el riesgo de olvidar que lo que nos atrae hay que desarrollarlo y prepararlo con el mismo mimo que antes. No es que la vida en común haga desaparecer las cosas que antes nos atraían, sino que a veces dejamos que lo cotidiano ahogue lo demás: si atraía la exhibición, o la parafernalia, el fetichismo, o cualesquiera otras cosas que justamente requerían de su preparación o simplemente de acudir al lugar donde eso ocurría; eso mismo hay que hacer después.

Por lo mismo no me preocupa la rutina si la colocamos en su lugar: en las cosas que no requieren de una especial preparación puede ser una ventaja, la disponibilidad de tiempo y la accesibilidad del espacio aumentan; siempre que no caigamos en el error normal de decir que “no tengo tiempo” y no hacer lo que queremos hacer.

Hay quien piensa que es que no le gusta el BDSM tanto como antes porque ya no hay alguno de los elementos que antes lo hacían atractivo, olvidando que justamente la atracción la producía el PREPARARLO. Pensemos en algo que de puro simple solemos olvidar: si quedamos con alguien de fuera, o vamos a preparar algo para una fecha determinada, simplemente aparcamos las cosas cotidianas en la medida que estorban a la preparación. En cambio si no preparamos nada, quedamos para “un día de estos” o dejamos para luego algo, en la medida en que lo postergamos creemos o sentimos que nos empieza a disgustar.

No es así, basta con ser conscientes de que hay que dejar un espacio y un tiempo para lo que nos gusta; sin hacer prevalecer lo cotidiano si estorba a lo que queremos.

No hablo de problemas más importantes o distintos que puedan darse, como los niños en su caso, o la necesidad de dedicar unas horas que no podemos evitar al trabajo. Sino al hecho de que a veces pensamos que no hacemos el BDSM que queremos porque falta un elemento y no hacemos nada por hacerlo pese a todo. Pensamos que nos atraía la parafernalia fetichista o la exhibición directa o indirecta, porejemplo, cuando simplemente estamos poniéndonos barreras para “no hacer”. Simplemente HAGAMOSLO.

Así que para mí, la rutina no existe o al menos no debe existir: no en lo que nos gusta, justamente.

...

Saludos a todos


AMOSUM

Fotografías propias

Espero que te aporte algo esta página, expresión de búsquedas y encuentros. Lugar para dejar pequeñas cosas e ideas que se me ocurren. Lugar también donde mi sumisa, futura esclava, deja sus palabras... También tu puedes enriquecerla con tus comentarios.

Porque, aunque no pretendo nada expresamente; no es menos cierto que muchos tenemos la esperanza de que nuestro particular camino, nuestra particular "estela en la mar" sirva a otros, y para mí sería muy grato que asi ocurriera.

Y os invito a todos a recorrer nuestro propio camino DESPACIO pero con SEGURIDAD y FIRMEZA, como las olas del mar, que aunque aparentemente "blandas", son capaces de transformar y allanar sus propias playas. Como esas estelas que, aunque parecen desaparecer, siguen dejando su impronta y su huella indeleble.

Saludos a TODOS.

AMOSUM

ENLACES DIRECTOS A ARTÍCULOS

A continuación voy a dejar enlaces directos a artículos que me han llamado la atención y que pienso que es mejor leerlos en su propia página-contexto, con lo que además evitamos la colisión con los derechos de autor. Mejor que hacer un artículo que sería un plagio, es enlazar con lo que otros ya dicen.

http://bondage.kshara.com/

Con mordazas

Con mordazas (2)

Con mordazas (3)