Ella fue la más callada...

Ella fue la más callada, la que poquitas palabras se atrevía a decir. Apenas un correo tonto sin mucho sentido. Casi arrepintiéndose acto seguido de enviarlo.
Ella fue la más callada, la que finalmente después de un no tan largo tiempo, esto último pensado fríamente, recibió el regalo mas bonito posible, poder postrarse a sus pies.
Ella fue la más callada, la que recibió con orgullo su collar de sesión. Que bonito le sienta el rojo.
Ella fue la más callada, la que poniendo el culo en pompa recibió sus primeros azotes. Se hicieron notar, dolieron. No importa, ella estaba allí, donde le correspondía, a los pies del Dueño.
Ella fue la más callada, la que siendo privada de algunos sentidos y siendo atada, se sentía en paz y mas libre que nunca.
Ella fue la más callada, la que sentía y disfrutaba cada una de todas las nuevas sensaciones que el Dueño le regalaba.
Ella fue la más callada, la que lloró al irse, porque aunque no se iba, ponía mucha distancia de por medio. Porque aunque no se iba, en aquella estación de autobús dejaba toda su alma.
Ella fue la más callada, la que en el viaje de vuelta comprendió que todas las cosas tienen un motivo y un significado. Y se dio cuenta que ya no hay marcha atrás, que la respuesta a “La Pregunta” es NO.
Ella fue, es y será siempre la más callada, porque las palabras no saben hablar mejor que la mirada.

eska.