Volviendo a los mitos marinos: traigo una imagen de la historia de Laoconte y sus hijos, que se situa precisamente frente a las costas de Troya, cuando unas serpientes salen de ese Mediterráneo del que tanto hablo como cuna de nuestros mitos y de los orígenes del BDSM, en este caso del "sado", y les devoran. Esta vez los protagonistas son hombres y no una mujer.
Pero ha sido una imagen que me ha acompañado desde adolescente: aunque entonces no comprendía muy bien como me fascinaba o porqué me fascinaba esa imagen de fuerza-dolor-violencia... que escondía en el tópico de que "el arte siempre es fascinante muestre lo que muestre". Ahora, en la comprensión que tengo de los distintos recuerdos, imágenes, experiencias, y la visión de conjunto, me gusta rescatarla, tan llena de la simbología de lo que en este blog expongo.
No es solo para disfrute de ellas, ni tampoco solo de los amantes del arte o la historia... es una imagen intemporal e incluso asexual; se puede gozar de muchas maneras, y desde nuestra propia perspectiva, porque sobre todo expresa DOLOR, de una forma intensa y sobre todo "inevitable": tiene la fuerza de lo que es ineluctable.
Un saludo a todos
AMOSUM